Survie

"Françafrique". Fragmentos de libros de François-Xavier Verschave

Publié le 14 de agosto de 2006 - François-Xavier Verschave

 Fragmento de "De la Françafrique a la mafiáfrica", conferencia de François-Xavier Verschave en Aubervilliers (Francia), el 3 de noviembre del 2003 con 200 profesores y monitores sociales en formación. Esta conferencia forma parte del libro "Neocolonialismo francés en África, una historia criminal que continúa", compilado por oozebap (en preparación).

[...] En la Françafrique hay una inversión permanente de lo que nos dicen. En el lado que emerge del iceberg, tenemos la Francia regida por sus principios, y en su parte oculta, un mundo sin leyes, de desvíos financieros, criminalidad política, policías que torturan o -lo veremos ahora mismo- de apoyos a guerras civiles. Es esta la realidad. O como mínimo un 90% de la realidad. Esta Françafrique, que todavía hoy dura, comporta gravísimas consecuencias tanto a nivel económico como político.

En estos cuarenta años y hasta hoy mismo, a través de esta confiscación de las independencias africanas y del sustento a una gran cantidad de dictaduras, Francia impide cualquier construcción de legitimidad política y de un bien común africano basado en los recursos creativos de esos países. Y todo esto, además, con un absoluto desprecio por los africanos. Cuando discutes de estos temas con responsables franceses, sean o no políticos, te das cuenta que desde la época de los esclavos y la colonización se continúa creyendo que los pueblos africanos son totalmente incapaces de creatividad política y cultural. La consecuencia es que con ellos se puede hacer cualquier cosa ya que son incapaces de hacer nada por sí mismos.

Lo más dramático de esta política es que el conjunto de tramas más o menos autónomas nos lleva a una total irresponsabilidad. Todo esto hace que la política africana de Francia no sea una política sino un compendio de micro-políticas, síntesis de micro-estrategias desarrolladas por todos estos protagonistas. Si vamos hasta el final de la investigación sobre la implicación de Francia en Ruanda, encontraremos muchas más estupideces irresponsables que estrategias conscientes. Y como los políticos sólo disponen como argumento la excusa etnicista, uno puede comparar la Françafrique con una panda de ingenieros borrachos en las centrales étnicas de Chernobil. El peligro de estos incompetentes es permanente. Pueden cargarse o imponer estados, como ha ocurrido en Congo-Brazzaville, no porqué sea forzosamente su estrategia la de cometer genocidios y crímenes contra la humanidad, sino porque sencillamente su política es cualquier cosa.

Cuando se dice a los jefes de estado: "Enriquézcanse", poco a poco la corrupción pasa desde arriba a bajo de la sociedad. Y lo que quedaba de los servicios públicos en el momento de la descolonización se ha transformado de manera progresiva en un auto-servicio público. Hoy en día, en estos países la capacidad sanitaria o de educación están por los suelos.

Otros fenómenos han empeorado la situación, como el aumento demográfico. Y después está lo que a finales de los 70 se llamó "la deuda del tercer mundo". De hecho había demasiado dinero en las cajas de occidente y de los países petroleros, así que hacía falta reciclarlo. Se empujó a esos países hacia la deuda, se les dijo: "Todo esto es un regalo; vamos a hacer una nueva forma de ayuda pública al desarrollo, os vamos a prestar a 3, 2, incluso 0% y la diferencia con la tasa de interés normal la contaremos como ayuda."

Pero cuando estos préstamos son en parte o totalmente desviados, cuando estos préstamos van a cuentas de Suiza o a los paraísos fiscales, como pasa a menudo, ¿con qué van a reembolsarlos? El dinero ha desaparecido y no han producido nada con él... El caso de Congo-Brazzaville es ideal, es una especie de alquimia increíble. Tenemos un país con mucho petróleo; este petróleo se sustrae, se compra por casi nada, una parte no se declara -un tercio, un cuarto o la mitad según los yacimientos. Poco a poco el país va quedándose sin petróleo. Pero al mismo tiempo, la dictadura en el poder y sus amigos de la Françafrique -Sirven, Tarallo, Chirac, en fin, todas las tramas de la Françafrique- tienen una gran necesidad de dinero. Así, al cabo de un tiempo, no les basta con la producción presente sino que, con la ayuda de unos cuantos bancos, van a empeñar el petróleo que se producirá en dos años, tres, diez... Resultado, el país termina por tener una deuda igual a tres veces su producción anual. Además, con una parte del dinero se compran armas para abastecer los dos clanes de la guerra civil, que destruirá el país en los años 90. Ustedes me dirán: " Todo esto no son más que un lamentable cúmulo de circunstancias". Pero como he demostrado en un libro, L’envers de la dette, es la misma persona, Jack Sigolet, residente en Ginebra, corazón de los paraísos fiscales, y mano derecha de André Tarallo -el Monsieur Afrique de Elf- quien vende a la vez el petróleo, administra la deuda y compra las armas.

Decir que se trata de una coincidencia es un poco difícil. Así pues, si Congo-Brazzaville ha sido destruido -volveré después sobre esto- es la responsabilidad de Elf, y como Elf era una empresa pública, es responsabilidad de Francia, la responsabilidad de todos nosotros en tanto que ciudadanos de este país que deja maniobrar a la Françafrique: nos llevamos el petróleo, les montamos una deuda completamente artificial y vendemos las armas para destruir el país. Esto sería uno de los ejemplos de la deuda en el tercer mundo. Si hacen cuentas verán que deberíamos ser nosotros los que les debemos el dinero a estos países.


 Fragmentos del libro de entrevistas con François-Xavier Verschave por Philippe Hauser: "Au mépris des peuples. Le néocolonialisme franco-africain" (La fabrique éditions, 2004)

"Ahora vuelven a salir algunos tópicos de la colonización: Se han dicho tantas cosas malas de los blancos y nada de los negros... Pero si los negros están ahí es ante todo culpa suya... Esta manera de encubrir el crimen, de girar página antes incluso de haberla leído, es algo insoportable. Ya sea por ceguera, por parálisis o renuncia, la posición de los intelectuales franceses (y occidentales) cuando se trata de los negros y de África es patética y contribuyen, a su manera, a perpetuar el crimen. [...] Que los medios de comunicación -por razones que les son propias relacionadas con el sensacionalismo pero también por un desvío voluntario- exhiban esencialmente el aspecto humanitario, esto puede entenderse. Que una parte de la población, que no dispone de las claves indispensables, se deje captar por esta lectura compasiva, esto también es comprensible. Pero por lo que respecta a los intelectuales, que tienen acceso a la más diversa información, es algo inaceptable.

Debemos señalar dos aperturas recientes: Internet y el movimiento altermundista ... No se trata de idealizar a todos los grupos, pero llevo más de veinte años luchando entre militantes de solidaridad internacional y tengo algo más que un presentimiento, es una especie de certitud que los tiempos han cambiado; ... una nueva creatividad está saliendo por todos lados, desbordando a aquellos que la quisieran organizar. Para resumir algunos de sus efectos, yo diría: se evita el debate, ¡pues vamos a suscitarlo! El ser humano necesita promesas. Los anestésicos todavía no calmaron la necesidad de política." p. 117-118.

" Cometieron un gran error atacando a Noir silence. El juicio se volvió contra ellos. El título del primer libro -La Françafrique- se convierte en un concepto. Toda la prensa empieza a emplear la expresión "Françafrique " como algo que designa una realidad; dicho de otra manera, lo que para nosotros señalaba la parte sumergida de ese iceberg de las relaciones franco-africanas se convirtieron de repente en algo común. Una victoria considerable.

Los que luchan contra nosotros desde hace años se dieron cuenta del peligro. El término Françafrique fue inventado y empleado de manera muy breve por Houphouët-Boigny en los 60: con esto expresaba su rechazo a la independencia y su sueño de mantenerse en la efímera "Communauté française" de 1958. Nosotros habíamos invertido el sentido de esta palabra de su significado original para señalar toda la perversión de esta relación (la "France-à-fric" [fric = pasta]) en contra de un trato idílico franco-africano. Ante el éxito de esta subversión semántica, una campaña de prensa empezó en todo tipo de medios de comunicación para recordar el origen del concepto creado por Houphouët, y con el fin de desvincularlo de Survie y su sentido de denuncia; afirmaron que era algo del pasado: la Françafrique se habría acabado con la caída de Bokassa en 1979, o con el genocidio de Ruanda en 1994, o con la llegada de la izquierda en 1997... Al mismo tiempo que se imponía una realidad de la Françafrique, una contraofensiva intentaba desvincular la palabra de toda acción subversiva." p. 106-107

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